La temperatura corporal de los cocodrilianos depende de la temperatura ambiental, ya que su baja tasa metabólica no les permite generar el calor necesario (Grigg y Seebacher, 2000) para mantener su temperatura corporal dentro de un rango óptimo de funcionamiento. El comportamiento de asoleamiento ha sido justificado como un proceso de regulación de la temperatura corporal, que se complementa con los movimientos de los individuos entre tierra y agua (Grigg et al., 1998).
En cuanto al caimán llanero, Antelo (2008) en la población de la Estación Biológica El Frío-Reserva de Fauna Silvestre Caño Guaritico (Apure, Venezuela) indica en la estación seca dos momentos a lo largo del día en que los caimanes se asolean (exponen más del 60% de su cuerpo, fuera del agua) preferentemente. Uno por la mañana, una vez que la temperatura del aire supera la temperatura del agua, entre 09:00 y 12:00, con un máximo, con más del 50 % de individuos fuera del agua, entre las 11:00 y las 12:00, volviendo al agua en las horas medias del día. Y otro por la tarde, entre 16:00 y 17:00, comenzando a retornar al agua a partir de esa hora. Por otro lado, en la estación de lluvias, el asoleamiento es más uniforme, produciéndose a lo largo de todo el día, debido a la menor variación de temperatura del aire en esta época. La bajada de la temperatura del aire antes de una tormenta determina que los individuos dejen de asolearse y se introduzcan en el agua. Este autor registra la máxima actividad de asoleamiento a lo largo del año en el mes de abril.
Ramo y Busto (1984) coinciden con Antelo en la presencia de dos momentos de asoleamiento diarios en la época seca en el río Tucupido (Venezuela), con un máximo de individuos asoleándose a las 10:00, introduciéndose la mayoría en el agua entre las 11:00 y las 14:00, y otro máximo a las 16:00, menos intenso que el primero.
Thorbjarnarson (1987) señala una mayor preferencia de asoleamiento de los caimanes en los bancos de arena que en las playas de las orillas del río Capanaparo (Apure, Venezuela) y estima que sobre el 20% de la población de cocodrilos por encima de 2 m de longitud total se asolea entre las 08:30 y las 11:00 horas.
Por otro lado, Barahona y Bonilla (1999) en la población del sistema Cravo Norte-Ele-Lipa (Arauca, Colombia) únicamente observaron a un macho asoleándose en tierra, aunque con la cola en el agua, entre las 15:00 y las 16:00 horas, durante 3 días consecutivos en la época seca. El resto del tiempo de observación los individuos se mantuvieron en el agua, asomando la cabeza, toda su parte dorsal o sumergidos. Señalan además la presencia de huellas que indican la salida de individuos del agua en la noche o en las primeras horas de la mañana, aunque no creen que esté hecho esté relacionado con termorregulación, sino más bien con una actividad de acecho a alguna potencial presa. Estos diferentes patrones de comportamiento, con respecto a otras poblaciones de la especie, creen que son debidos a la perturbación humana.
Estos hechos coinciden con las observaciones realizadas por la Asociación Chelonia. Efectivamente, la presencia humana, unida a la propia desconfianza o precaución de la especie, podría estar variando sus patrones “naturales” de termorregulación, los cuales no han podido ser observados de forma clara en los individuos localizados en el río Vichada en época seca (diciembre 2010 y febrero 2011) y en el sistema Cravo Norte-Ele-Lipa (abril y diciembre de 2012), ya que se mantuvieron siempre en el agua, mostrando cabeza y/o cabeza y cuerpo o sumergidos, mientras los observadores estuvieron presentes. Se localizaron rastros de individuos en playas que parecen indicar que realizan asoleamiento en tierra, pero no se les ha podido observar realizando dicha actividad. En el curso medio del río Meta (Colombia), donde se estima que se encuentran algunos especímenes, no ha podido ser observado ni localizado ningún rastro en los distintos muestreos realizados entre 2010 y 2012, lo cual puede indicar que su actividad de asoleamiento en tierra se vea reducida por la presencia y actividad humana. No obstante, la información de pescadores y habitantes ribereños locales indica la observación de algunos asoleamientos en playas de la zona en la época de verano, aunque sin estimaciones de frecuencia ni de horarios (Merchán et al., 2012).
Referencias
Antelo, R. 2008. Biología del cocodrilo del Orinoco (Crocodylus intermedius) en la Estación Biológica El Frío, Estado Apure, Venezuela. Tesis doctoral. Departamento de Ecología. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid. 286 pp.
Barahona-Buitrago, S. L. y O. P. Bonilla-Centeno. 1999. Evaluación del status poblacional del caimán llanero (Crocodylus intermedius Graves, 1819) en un subareal de distribución en el departamento de Arauca (Colombia). Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Vol. 23. Suplemento Especial: 445-451.
Grigg, G., F. Seebacher, L. A. Beard y D. Morris. 1998. Thermal relations of large crocodiles, Crocodylus porosus, free ranging in a naturalistic situation. Proceedings Royal Society of London. 265: 1793-1799.
Grigg, G. y F. Seebacher. 2000. Crocodilian thermal relation. Pp.: 297-309. In: Grigg, Gordon C., F. Seebacher, and F. Craig (Eds.). Crocodilian Biology and Evolution, Chapter 24. Surrey Beatty and Sons Pty Ltd.
Merchán, M. (Ed.), A. Castro, M. Cárdenas, R. Antelo y F. Gómez. 2012. Historia natural y conservación del caimán llanero (Crocodylus intermedius) en Colombia. Asociación Chelonia. Serie Monografías. Vol. IV. Madrid, 240 pp.
Ramo, C. y B. Busto. 1984. Censo aéreo de caimanes (Crocodylus intermedius) con observaciones sobre su actividad y
soleamiento. Pp.: 109-119. In: Crocodiles. Proceedings of the 7th Working Meeting of the Crocodile Specialist Group - IUCN. Gland, Switzerland and Cambridge, UK.
Thorbjarnarson, J. B. 1987. Status, ecology and conservation of the Orinoco crocodile. Preliminary Report. FUDENA (Venezuela) and University of Florida (USA). 74 pp.+ anexos.